Dominicos

Nuestros hermanos dominicos son predicadores al mismo tiempo que contemplativos.
Encuentran también una gran alegría en la oración de la Liturgia de las Horas. Todos nuestros frailes rezan viven en comunidades y rezan el Oficio Divino en coro, ofreciendo la alabanza a Dios durante todo el día. Ellos abrazan también una vida de pobreza evangélica y sencillez, como lo hacen los monjes benedictinos o trapenses, pero no están solo dentro del claustro. Como seguidores de la Regla de San Agustín, y exhortados por la última voluntad y testamento de Santo Domingo, tienen todas las cosas en común, como lo hicieron los primeros discípulos en los Hechos de los Apóstoles.
Finalmente, los dominicos comparten el oficio de los apóstoles al proclamar el Evangelio en todo tiempo y lugar – evangelizando, combatiendo la herejía y el error, y realizando las obras espirituales de misericordia. Se alimentan espiritualmente por la vida en común, más muchas horas de estudio y oración, de modo que lo que reciben del Señor, lo transmiten a todas las personas, compartiendo así los frutos de su contemplación, para que todos conozcan y amen a Dios.